jueves, 16 de febrero de 2012

Ya paso el 14 de febrero!!!

¿Qué día complejo, no?, algunos explotan de felicidad, otros no saben como ocultar su soledad y buscan ridiculizar el tema burlándose de él.

Lo que si es seguro, es que a nadie le es indiferente.

Y claro como podríamos obviar al AMOR. Imposible.

Hasta tiene su propio día! 14 de Febrero.

Los enamorados seguro pasaron un día genial lleno de sorpresas rosas, y con corazones.

Los otros, los renegados del día de San Valentín, en mi humilde entender, a no ser que se lo hayan tomado con humor, no tuvieron un día memorable.

Para mí en este último caso, el quid radica en la incapacidad de ellos de ver cuanto amor anda suelto.

¿Qué quiero decir con esto?... Hay tantas cosas en lo cotidiano que podemos hacer, o no, con amor, y ni siquiera reparamos en ellas.

Por ejemplo, ¿hace cuanto que no miras a los ojos a un compañero de trabajo que vino a dejar un papel en tu escritorio? ¿Hace cuanto que cuando un vecino te saluda, no le contestas con el corazón, “que usted también tenga un buen día”?. Las compras de última hora, eso que te olvidaste antes de llegar definitivamente a tu casa, vas a comprarlo, y el señor que te atiende y también quiere llegar a su casa, te mira (fastidioso claro)… a él… ¿le diste ese gesto de agradecimiento que merecía?

Hay tantos ejemplos que se me ocurren, pero no quiero irme en abstracciones, así que bajemos a nuestro ecosistema próximo, ¿hace cuanto que hacemos cosas como autómatas?, y ya casi nos olvidamos del motivo inicial que nos llevo a hacerlas.

El amor puede estar presente en tantas formas y maneras, que no me alcanzaría un post para enumerarlas, no ver el amor en los pequeños actos cotidianos, ESO es verdaderamente triste, no, no tener una pareja el bendito 14 de febrero para que te diga feliz día mi amor. Obviamente esto último es necesario también, pero me atrevo a decir que hasta que no amemos lo que somos, lo que hacemos y como lo hacemos, eso no llegara tampoco. Así que amigas y amigos no tiemblo en decir amemos, amemos mucho y constantemente, la dicha llegará consecuentemente sola y sin darnos cuenta.