lunes, 29 de junio de 2009

Ajustando expectativas

Considerando que no todo el mundo vive en el cono sur, permítanme comenzar por un breve comentario sobre el clima actual en Buenos Aires: Hace un frío de la... digamos que hace mucho frío. Para un alma chilanga como yo, con un cuerpo acostumbrado a un mundo templado sin temperaturas extremas, lleva un tiempo acostumbrarse a la llegada de este tipo de fríos. Por un mes o algo así, esta chaparrita mujer sale a la calle lo menos posible... y luego, ya está, me acostumbro y salgo. Este año, mi adecuación al frío fué acompañada de un ataque de influenza (que, al parecer, fue estacional y no la tan de moda H1N1). Durante todo este período de maravilloso encierro, me he dado tiempo para pensar en algunas cosas importantes y me encontré con un par de experiencias interesantes. Aquí una de ellas:

Tiene un par de meses que vivo en este departamento. Me gusta. Es un edificio viejo, que me hace pensar en cómo era Palermo cuando fué construido. Chiquito pero acogedor y misteriosamente caliente en temporada de frio, el depa me gusta y me siento bien acá. Al menos, me sentía hasta hace unas semanas que descubrí una tribu de visitantes indeseables. De esos que tienen nosécuantaspatasporquemeaterracontarlas, antenas laaargas, vuelan, son de color café/marrón y se llaman cucarachas. Así, en voz bajita por que no tolero ni siquiera nombrarlas.

Por alguna extraña razón, las ___ esas habían decidio vivir en el closet donde se guardan las cosas del aseo, lo cual me daba dos ventajas importantes: 1.Sabía donde estaban y 2.El área no era tan compleja de vaciar o de llenar con Raid Max.

Si no puedo ni siquiera nombrar a esos bichos, mucho menos pasó por mi cabeza la idea de vaciar el clóset y revisar todo su contenido hasta estar segura de que acabé con todas. En lugar de eso, me dediqué durante 5 días a vaciar un cuarto de bote de Raid Max y cerrar la puerta de inmediato. Al lunes siguiente, le pedí a la chica de la limpieza que hiciera eso que yo no me atrevía a hacer. Y vació el closet y al revisar los contenidos, encontró cadáveres de al menos 10 de esas cosas. Cada semana hace una revisión de control y parece que eran sólo esas.

El tema es que esta semana aparecieron de nuevo. Todos lo sabemos, es imposible terminar con ellas. Tristemente, esta vez escogieron un lugar un poco más complejo de tratar: mi habitación.

No puedo ni contar mis noches de insomio y la cantidad de pesadillas que se acumulan cuando logro dormir. Sueños Kafkianos sumamente aterradores, mientras no dejo de pensar que se pueden subir a mi cama... o que me las voy a encontrar cada vez que saco algo de ropa o al ponerme los zapatos. La vida en pesadilla.

Igual, soy una mujer fuerte que sobrevive. Y sobrevive más que unos bichos como esos. Si ellas no se murieron, yo tampoco me voy a morir. Y si, puede ser que mi vida sea una pesadilla, pero no me he muerto. He cambiado mis costumbres un poco. Alejé la cama de las paredes, reviso y levanto las sábanas antes de meterme a la cama, sacudo mi ropa antes de ponérmela, reviso que mis zapatos estén vacíos, doy golpecitos en la puerta antes de entrar o antes de abrir el clóset (así les doy tiempo de esconderse y ojos que no ven...). Y tengo sembrado veneno por todo el lugar, en caso de que, además de sobrevivientes, sean boudas y se lo coman.

Esta experiencia me hizo reflexionar sobre mis expectativas. Yo quiero un marido que me mantenga y me deje volar, uno que me dé seguridad y libertad, que apoye mi espíritu creativo y mi pasión por las compras... no sé, desde mi situación actual, estaría dispuesta a negociar. Puedo prescindir de un marido que me mantenga, si consigo uno que me quiera y mate las cucarachas.

Ja!!!!!

4 comentarios:

  1. Es que son una plaga que ni la influenza ni el frío las mata.

    Si consigues al marido que mata cucarachas, le preguntas si tiene un hermano...

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  2. a las cachas ( padezco el mismo misterioso terror que tu) tapatias que me mantenian viviendo en un cuadrado de 60X60 las acabe de dos formas... fumigaciòn profesional, cara pero muy efectiva y aunque no lo creas.... invitandolas a que se fueran.... no hablo cucarachesco, nada de eso, solo dije esta es mi casa, no suya, gracias por su visita, pero no son bienvenidas, por favor retirense.
    Creo que lo efectivo fue lo primero, pero me gusta pensar que tengo ese poder....

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  3. che, mandale un mail a las mias a ver si les funciona. Acá el veneno dice en las instrucciones que debe repartirse distinto dependiendo si son alemanas o americanas. La verdad es que de idiota les acerco la oreja pa ver que idioma hablan!!!!!

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  4. jajajajjaa, listo. Email enviado en aleman (apoyada por el google translator, asi que no garantizo), en inglès y en español pa no errarle.

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