jueves, 16 de julio de 2009

“Sex and the City”

Anoche tuve una cena a la que prácticamente no le falto nada…
Hubo un buen vino tinto, asado, ricas papas fritas, ensalada y 3 amigas formidables. Esta cita se dio en un glamoroso resto de Palermo. Casi que por momentos me creí Charlotte York, en la serie “Sex and the City” (esta de más decir que no califico como Carrie Bradshaw, ni como Miranda, menos como Samantha!! (Y Charlotte en su etapa de soltera esta bien para mi).
Mis buenas tres amigas trataban de hacerme entender que era esto de: “The rules”; que al parecer es un libro muy reconocido (disculpen mi ignorancia) donde publican 10 máximas para retener al hombre exactamente interesado (como lo deseamos) a tu lado –al menos esa fue la lectura que me lleve de sus comentarios-.
Tuve el gusto de compartir la cena con una colega de equipo de este blog, quien generosamente trato de hacerme entender que la aplicación a “rajatabla” de estas reglas, no es eterna (estoy en problemas si así fuera) y me explicaba que es un juego inicial, es decir hasta que dos personas se conocen definitivamente.
Si queremos un marido verdaderamente interesado en nosotras -y que tal vez en un futuro nos mantenga-, deberíamos a los comienzos de la relación (según mandan “las reglas”) aparecer y desaparecer, es decir, buscar denodadamente que el hombre muestre un movimiento similar al del “hombre que rema” cuando algo le interesa. Esto sería con el objeto de darle espacio, de dejarnos “cazar”. Hasta que esto no este verificado empíricamente no podremos entregarnos por completo y hacer caso omiso a “las reglas”. Mientras tanto debemos aferrarnos a ellas cual “la neta” ("verdad revelada", para los no chilangos).
Esto me llevo a la siguiente reflexión; “Homo”, es un género que incluye a los seres humanos que somos hoy y a nuestros muy lejanos y extintos parientes. De hecho el único contemporáneo a nosotros es el Homo Sapiens. Este último homo, el “hombre que piensa” no fue el primero, hubo varios antes, por lo que asumo, que en la primer versión de hombre/mujer solo estaba desarrollado el instinto a sentir, a mantenerse vivo y luego algo en él se fue perfeccionando y vino el famoso “sapiens”. Ese que puede discernir. ¿A que voy con esto?... si históricamente ya tenemos confirmado que en el hombre primero se desarrollo la “emoción” y luego recién la capacidad de “analizarlas” como quieren hacerme entender a mi … (muy limitada homo sapiens) que inicialmente debo “pensar” y luego debo “sentir”.
¿Ustedes que opinan?...

1 comentario:

  1. Cuando hablamos de sentimientos y razón, no me parecen tan opuestos. A veces hasta creo que son un buen complemento y que la diferencia está en que el plano abarcado por los sentimientos es mucho mayor a la limitada jurisdicción de nuestra razón.
    De nuevo, esta soy sólo yo opinando.
    Es entonces que la idea de primero pensar antes de sentir no me parece tan imposible, sino que a veces es incluso obvia y necesaria (sin siquiera tratar de citar a un tal Descartes que decía que porque pienso existo).
    A veces, algo en la visión actual del mundo, parece como si pensar fuera fuera un producto artificial, como si sólo sentir fuera algo “orgánico” e inherente al ser humano, como si sólo aquello que es producto de un impulso o que no alcanza a ser razonado es “lo natural” y quienes piensan “someten” a sus sentimientos y emociones a un proceso de degradación por el sólo hecho de razonarlos.

    Yo creo, siento y pienso que ambos procesos son naturales en el ser humano y que, en ocasiones, uno puede ser más útil que otro para acercarnos al logro de un objetivo. Como ser pensante, puedo elegir entre pensar o sentir (en ciertos momentos específicos, como al conocer a un tipo que es candidato a pareja y armarle todo un proceso de atracción). Y si uno me resulta más útil que otro… pues no entiendo que estaría mal.
    Sobre la aplicación de la teoría sólo puedo decir: A las pruebas me remito.

    Llamó?????

    ResponderEliminar