miércoles, 26 de agosto de 2009

hablando de recuerdos

esta mañana salude a mi querida amiga y me preguntó como nos va en el 3er año de la educación básica y es que soy la orgullosa mamá de un pequeño que recien cursa este grado escolar.
Hablando de tan bella época empezamos a recordar nuestros mejores años de la infancia y de nuestro paso por la primaria. No me atrevo a comentar sobre el mejor año de alguien más pues lo dejo abierto a sus comentarios; sin embargo si puedo hablar de mi mejor año y ese fué el 4to grado.
El 4to no se distingue por ser un año cómodo ni mucho menos además estamos en el sandwich pues ya no somos los chiquitos ni tampoco los grandotes y somos la presa fácil de los de 5to que desquitan sus frustraciones remarcadas por los del 6to grado con nosotros, claro sin tomar en cuenta que es un año de mucho aprendizaje, nuestro primer enfrentamiento con la raíz cuadrada y siiiiii esos enemigos naturales empiezan a adquirir un atractivo insospechado, ya no son tan tontos y ya empiezan a verse bien.
Aquí pues mi experiencia, en realidad debo en gran parte a una excelente maestra el guardar tan gratos recuerdos de ese grado y no era una maestra de esas consecuentes, una maestra realmente estricta, el coco de varios, ahi ya se habian atorado varios de mis nuevos compañeros; pero eso si, una maestra con una vocación inigualable, interesada porque aprendieramos, porque entendieramos y decidieramos, lejos de solo aprender por repetición. Ese año también conoci a mi primer amor en la persona del profesor de 6to grado (si, mi defecto es que me encantan los mayorcitos pero mis fracasos se han dado con los peques o iguales, quizá esa sea una señal...)
Ese año me enfrente con la niña que tenía aterrada a la escuela entera, una niña 4 años mayor que yo y brava, muy brava; cuando digo escuela entera me refiero a ambos sexos. Ya saben Ana era esa niña lider mala onda que tenia a su alredor un par de remoras que aprovechaban su poderio y a la que un buen día ose no dejar meterse a la fila de la tienda cooperativa. Su primera reacción fue reirse de mi y tirar de mis preciosas trenzas negras, yo no era una niña alta en ese entonces y si tenia que verla hacia arriba pero aun asi la empuje y le dije que no se metiera conmigo y como en pelicula gringa se hizo una rueda alrededor: use pies, uñas, manos y todo de lo que pude valerme el resultado fue un tremendo morete cerca de la boca, un par de trenzas deshechas, brazos y mejillas rasguñadas pero ni una gota de agua salió de mis ojos. Ana no se fué libre pero definitivamente se impuso el tamaño y fuerza. Ah cómo nos hemos reido Anita y yo de esa pelea, si nos hemos reido pues estas cosas de la vida, de mis compañeros de esas épocas solo frecuento a 2 personas y una de esas personas es Ana quien por cierto es bastante bajita de estatura jejeje deberíamos de enfrentarnos ahora en estas condiciones.
Claro que me hice de un nombre y de cierto respeto en la escuela y creo que un par de admiradores a quienes nunca hice caso grrr! (no eran competencia para mi profesor).
Ese año también tome la decisión de dejar la medicina para dedicarme a la ingeniería y me convertí en fan de grupos musicales tales como Queen.
En fin, espero haber motivado una distracción en ustedes y quiza la añoranza por aquellos años en los que no teniamos y seguramente tampoco buscabamos un marido que nos mantuviera, lo teniamos todo gracias a otro hombre, uno que era el marido que mantenia a esa señora de nombre mamá

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